Solo cuando abandono el campo de batalla, depongo mis armas, y ceso la lucha, es que la Vida empieza a penetrarme y cobra brillo cada átomo de la esencia que me sostiene.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Solo cuando abandono el campo de batalla, depongo mis armas, y ceso la lucha, es que la Vida empieza a penetrarme y cobra brillo cada átomo de la esencia que me sostiene.
Publicado por Clematide en 23:07 2 comentarios