Danza matinal

domingo, 14 de diciembre de 2008


De nuevo se encuentra frente a ese ventanal. Esta vez, la balancea una dulce sensación, nueva para ella. Contempla la vida pasar desde su bella desnudez. Toma una taza de té aún caliente. La gira sobre el plato para que el asa quede a la izquierda. Es su ritual diario. Pero esta vez hasta el tacto es incomparable.

Escenas cotidianas que saborea como si fuera la primera vez. Los árboles entregaron su hojarasca, y ahora yace en el suelo bendita, como muestra brillante de la vida que cumple sus ciclos, como deidades que entregaron su alma a la nueva estación.

Un cliente forastero desesperado por hacerse entender frente a la vitrina azulada, encuentra por fin el gesto de comprensión que ansiaba de la dependienta que asistía expectante y lánguida al repertorio de vocablos lejanos. Los dos se adentran en la tienda en busca de quién sabe qué.

Mientras sujeta con una mano la cortina, gira la cabeza hacia la cama. Ahí duerme él, y le extraña verlo así. Siempre que volvía de su sueño le encontraba despierto. Siempre fiel custodiando sus viajes oníricos, y hoy por primera vez es ella quien lo hace. El pensamiento la enternece hasta las lágrimas. Cierra los ojos y le envía un beso que él siente y presiente, emitiendo un sutil susurro de satisfacción.

Vuelve su vista hacia la calle. Contempla el hechizo de los colores que sitian esa calle amanecida, y piensa en otros albores, otras orillas, otras cordilleras, no tan sublimes como éste, nunca había contemplado la existencia desde ese ángulo con tanta serenidad, con tanta calidez, con tanto sabor, en esa danza excelsa que la mece.
Se siente camaleón que canjea su color para ajustarse a un nuevo paisaje, se siente flexible y fuerte como el bambú que danza sublime en la selva.
Hoy las emociones la inundan y la traspasan.

Deja la cortina y vuelve hacia ese cuerpo amado que la espera sin saberlo. Y besa en silencio sus labios. Le sonríe y lo acaricia.
Es hora de volver a mi cuerpo de nuevo, se dice, y con un abrazo envolvente que lo despierta...se despide, dejándolo con la dulce sensación en los labios, una sonrisa dibujada y una bella visión en la retina de su alma.

Despertar

domingo, 7 de diciembre de 2008


Se cepilló los dientes mirándose al espejo. Sus ojeras marcaban una semana de prisas y cansancio. Sintió la suave frescura del suelo en sus pies desnudos mientras iba hacia la cama. La sensación la hizo sonreir. Se metió desnuda entre las sábanas suaves y suspiró profundamente saboreando de antemano un descanso merecido.
Cerró los ojos mientras llegaba una sensación de pérdida, de imágenes confusas, de languidez y suavemente empezó a despertar de nuevo...como cada noche.

No me sale...

miércoles, 3 de diciembre de 2008


Hay días que no me salen las palabras, no sé si os pasa.
Es como si hubiera un embotellamiento en las neuronas que se agolpan y no se ponen de acuerdo para decidir la palabra adecuada que hay que usar. Me las imagino discutiendo como energúmenas, intentando decidir cual de ellas tenía la preferencia en ese cruce. Con razón a veces me duele la cabeza, vaya si gritan las condenadas.
Mi madre dice que eso pasa los días nublados, y no le puedo contestar porque no me salen las palabras. Pero pienso, y qué puñetas tendrá que ver la meteorología con las palabras.
Y me pongo a imaginar un atasco de neuronas, y mando una guardia que regule el tráfico. Menuda ocurrencia la mía, desde cuando un guardia soluciona un problema de tráfico.
A veces parece que se instalan en la punta de la lengua y ahí se acomodan sin ninguna intención de prodigarse al viento y convertirse en sonido, entonces me acerco al espejo y observo este músculo rosado y húmedo. Nada, ahí no se ve nada.
En fin, esperaremos que pase el nublado, a ver si salen.

El silencio

sábado, 29 de noviembre de 2008


¿Quién inventó el silencio?. ¿Cuándo?. ¿Acaso en algún momento de su puesta en funcionamiento en el comienzo del universo, alguien podía prever la increíble utilidad práctica que nos ofrece para preservar nuestro equilibrio psicológico?. Y lo más importante. ¿Alguien pudo siquiera imaginar la increíble belleza que nos ofrece en nuestros momentos más queridos en los que la poesía es expresada sin palabras de manera tan magistral que no consigue ser imitada por ningún otro sonido de la creación?. Si la respuesta es afirmativa, quiero conocer al creador de semejante milagro. Quisiera saludarle.

Pereza

miércoles, 5 de noviembre de 2008


Poco a poco despertó de su siesta vespertina.
En su sillón preferido se estiró despacio disfrutando con el gesto como siempre hacía. Miró alrededor, con los ojos aún entrecerrados intentando ubicarse y estudiar cual podría ser su próxima ocupación en aquella tarde lluviosa.
Entonces la vió en el sofá, leyendo una revista. Parecía despreocupada y totalmente concentrada en las páginas que iba pasando con toda tranquilidad.
Alzó la vista en ese momento y le dedicó la más amplia de las sonrisas.
-Es adorable cuando me mira de esa forma tan traviesa-pensó-
-¡Ven aquí gatito perezoso!...
No pudo resistirse, y saltó amoroso a enroscarse en su regazo.

¿De qué te ríes?

domingo, 2 de noviembre de 2008




La pregunta lo sacó de su mundo silente y lejano. En ese momento recordó aquel aciago día donde el sol se oscureció y el cielo se quebró gris sobre su cabeza...y se dio cuenta de que su sonrisa se había quedado desde aquel momento...congelada.

¿Donde va el mundo?

viernes, 31 de octubre de 2008


La ventanilla trasera se llenó de vaho.
Con sus dedos helados limpia un círculo para ver cómo la lluvia empapa el aire, y vuelve gris el cielo. Mira sus manos húmedas y las seca en su pantalón.
Pega la nariz al cristal mientras sus ojos ávidos e inquietos no encuentran nada estático donde posarse. Las casas pasan veloces, los árboles, las verjas, los escaparates, las aceras, los macizos de flores, las personas, los perros...
-Mamá!
Desde el asiento delantero del coche, bajando el volumen de la radio, la mamá pregunta:
-Dime, cariño...
-¿Dónde va el mundo tan rápido?.

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