Contemplaba mi reflejo y no me reconocía, no entendía por qué al mirarme te veía. 
Un día de puro miedo te descubrí de reojo, sentí la compasión del desterrado. 
Te acogí y por arte de magia nos transformamos en UNO ante el espejo. 
Publicado por Clematide en 22:54 2 comentarios