Alguien dijo que las palabras se las lleva el viento. Y yo me pregunto ¿a dónde se las lleva?. Y ¿Qué hace con ellas?. Esto tendría un sentido si las palabras se dirigen al aire, como se suele decir a veces. Entonces es lógico que él se encargue de su destino final. Pero cuando tienen destinatario. ¿También cumple con esta venerable misión, y lo más importante, lo hace eficaz y puntualmente?. Porque si es así, quiero lanzar mis palabras al viento, pero con un destinatario muy concreto y especial. Me fío del viento y desconfío del servicio de correos para un cometido tan personal y querido.
2 comentarios:
Me uno a ti, ayer hizo bastante viento por aquí quizás hoy también lo haga, voy a ver si mi saludo llega a aquellas personas que, como tú, se encuentran lejos en la distancia que no en el corazón. También me gustaría que ese mismo viento, se llevara de un soplido esas palabras inconvenientes que a veces se nos escapan y que no deberíamos nunca haber dicho. Ese también sería un buen trabajo para él. Me gustó mucho esta Texto.
Besos Loli.
Carmen
Guauuu! claro que me llega tu saludo, cálido y cariñoso, como eres tú.
Creo que es buen momento para volver a la naturaleza y colaborar con ella a todos los niveles ¿por qué no también para ayudarnos a limpiar palabras pronunciadas? Parece utópico...pero quizá no lo sea tanto.
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