Hay días que no me salen las palabras, no sé si os pasa.
Es como si hubiera un embotellamiento en las neuronas que se agolpan y no se ponen de acuerdo para decidir la palabra adecuada que hay que usar. Me las imagino discutiendo como energúmenas, intentando decidir cual de ellas tenía la preferencia en ese cruce. Con razón a veces me duele la cabeza, vaya si gritan las condenadas.
Mi madre dice que eso pasa los días nublados, y no le puedo contestar porque no me salen las palabras. Pero pienso, y qué puñetas tendrá que ver la meteorología con las palabras.
Y me pongo a imaginar un atasco de neuronas, y mando una guardia que regule el tráfico. Menuda ocurrencia la mía, desde cuando un guardia soluciona un problema de tráfico.
A veces parece que se instalan en la punta de la lengua y ahí se acomodan sin ninguna intención de prodigarse al viento y convertirse en sonido, entonces me acerco al espejo y observo este músculo rosado y húmedo. Nada, ahí no se ve nada.
En fin, esperaremos que pase el nublado, a ver si salen.
Es como si hubiera un embotellamiento en las neuronas que se agolpan y no se ponen de acuerdo para decidir la palabra adecuada que hay que usar. Me las imagino discutiendo como energúmenas, intentando decidir cual de ellas tenía la preferencia en ese cruce. Con razón a veces me duele la cabeza, vaya si gritan las condenadas.
Mi madre dice que eso pasa los días nublados, y no le puedo contestar porque no me salen las palabras. Pero pienso, y qué puñetas tendrá que ver la meteorología con las palabras.
Y me pongo a imaginar un atasco de neuronas, y mando una guardia que regule el tráfico. Menuda ocurrencia la mía, desde cuando un guardia soluciona un problema de tráfico.
A veces parece que se instalan en la punta de la lengua y ahí se acomodan sin ninguna intención de prodigarse al viento y convertirse en sonido, entonces me acerco al espejo y observo este músculo rosado y húmedo. Nada, ahí no se ve nada.
En fin, esperaremos que pase el nublado, a ver si salen.
4 comentarios:
Y tanto que salen, para dejarnos fragmentos como este, tan bellos. A mi también me gustaría algún día mirarme a la lengua y poder verlas dispuestas a salir disparadas al viento.
Besos.
Carmen
Ojalá esa fuera la solución, ja ja ja. Muchos besitos, Carmen linda!
...pues aquí salieron muy bien...
=)
Es que a veces ellas solas se organizan bien, ja ja ja.
Gracias por comentar, Anónimo.
Publicar un comentario