Poco a poco despertó de su siesta vespertina.
En su sillón preferido se estiró despacio disfrutando con el gesto como siempre hacía. Miró alrededor, con los ojos aún entrecerrados intentando ubicarse y estudiar cual podría ser su próxima ocupación en aquella tarde lluviosa.
Entonces la vió en el sofá, leyendo una revista. Parecía despreocupada y totalmente concentrada en las páginas que iba pasando con toda tranquilidad.
Alzó la vista en ese momento y le dedicó la más amplia de las sonrisas.
-Es adorable cuando me mira de esa forma tan traviesa-pensó-
-¡Ven aquí gatito perezoso!...
No pudo resistirse, y saltó amoroso a enroscarse en su regazo.
Entonces la vió en el sofá, leyendo una revista. Parecía despreocupada y totalmente concentrada en las páginas que iba pasando con toda tranquilidad.
Alzó la vista en ese momento y le dedicó la más amplia de las sonrisas.
-Es adorable cuando me mira de esa forma tan traviesa-pensó-
-¡Ven aquí gatito perezoso!...
No pudo resistirse, y saltó amoroso a enroscarse en su regazo.
4 comentarios:
Encantador micro.Así es, tal cuál cuentas, los que tenemos gatos, sabemos lo que disfrutamos mutuamente. Besos.
Carmen
En una tarde lluviosa y fría de invierno, no hay nada mejor que un gatito mimoso enroscado en tu regazo...
Gracias por tu nuevo blog.
Namaste
Gracias a tí, simpático anónimo, por tu saludo y por tu visita.
Namaste
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