La ventanilla trasera se llenó de vaho.
Con sus dedos helados limpia un círculo para ver cómo la lluvia empapa el aire, y vuelve gris el cielo. Mira sus manos húmedas y las seca en su pantalón.
Pega la nariz al cristal mientras sus ojos ávidos e inquietos no encuentran nada estático donde posarse. Las casas pasan veloces, los árboles, las verjas, los escaparates, las aceras, los macizos de flores, las personas, los perros...
-Mamá!
Desde el asiento delantero del coche, bajando el volumen de la radio, la mamá pregunta:
Con sus dedos helados limpia un círculo para ver cómo la lluvia empapa el aire, y vuelve gris el cielo. Mira sus manos húmedas y las seca en su pantalón.
Pega la nariz al cristal mientras sus ojos ávidos e inquietos no encuentran nada estático donde posarse. Las casas pasan veloces, los árboles, las verjas, los escaparates, las aceras, los macizos de flores, las personas, los perros...
-Mamá!
Desde el asiento delantero del coche, bajando el volumen de la radio, la mamá pregunta:
-Dime, cariño...
-¿Dónde va el mundo tan rápido?.
-¿Dónde va el mundo tan rápido?.
4 comentarios:
No sabes lo que me alegra ver que te hayas lanzado a colgar tus textos en un blog. Un buen texto para comenzarlo, y una buena pregunta que nos hace reflexionar, pues, aunque no vayamos montados en un auto, así es. Va demasiado rápido, no nos damos apenas cuenta de las cosas, aún un niño tiene tiempo de deleitarse, pero conforme nos hacemos mayores, este se acorta y ya no podemos parar. Felicidades.
Besos.
Carmen
La visión de los niños es fresca y espontánea, lástima que la vayamos perdiendo a cambio de...otras cosas.
Gracias por tu comentario, Carmen linda!
Y?......cuál fue la respuesta???
=)
Me temo que eso quedó entre esa madre y ese hijo. Los demás tenemos respuestas diferentes...quizá.
Gracias por tu visita Anónimo.
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