Palabras...simplemente.

martes, 16 de marzo de 2010


En una calle hermosa, estaba esa puerta cerrada que me seducía y me invitaba.
En mi ingenuidad, busqué una llave que me franqueara la entrada.
Después de mil vanos intentos, el sueño me dio la clave secreta.
Prueba con palabras…a ver qué pasa.
Las mezclé, las adorné, las dibujé, las llené de color…y en esas estaba cuando al volver a mirar, descubrí que aquella puerta…siempre estuvo abierta.

8 comentarios:

Carlos dijo...

El día en que tome verdadera conciencia de que todo esta en mi y lo que es dentro es fuera y lo que es fuera es dentro, no se que sucederá. Mientras, quiero vivir intensamente este instante.
Gracias guapa

Clematide dijo...

Vivir intensamente...y ¡en presente!...Esa llave habría abierto la puerta...si es que hubiera estado cerrada.
Gracias a ti, Carlos querido, por enriquecer este espacio.
Un beso

Carmen Rosa Signes dijo...

Es difícil darse cuenta de que todo está a nuestro alcance, y la mejor forma de llegar siempre es con la palabra. Muy buena entrada amiga mía.
Besos.
Carmen

Clematide dijo...

Gracias Carmen, ya sabes cuánto me gusta tu reconocimiento, que tiene mucho valor para mi, no me canso de decirlo.
Muchos besitos

Victoriano Orts dijo...

Hay que ser una fuera de serie para desarrollar con tan pocas
palabras un pensamiento tan profundo y tan íntimo.
No tomes como adulación mis palabras, sino como agradecimiento
por este regalo que nos haces a tus seguidores.
Victoriano.

Clematide dijo...

Yo también tengo que agradecer, tu visita, tu comentario tan amable(aunque exagerado) y aunque no sea tu intención, me siento halagada...
¡Un beso!

Carlos dijo...

Pues no parece que los naranjos están anunciando que ahora si es primavera. Con solo nombrar la palabra AZAHAR se me viene el olor. Por cierto, azahar, azahar es el nombre de tu blog. Que bonito nombre. Si le has puesto este nombre es por algo: "Azahar de Primavera". ¡¡¡Es ahora!!!

Clematide dijo...

Cuando puse ese nombre era para homenajear justo esa sensación de vida de la primavera al oler este bendito aroma...
Me has hecho ser consciente de algo que empezaba a ser cotidiano, para ser de nuevo extraordinario.
¡Muchas gracias Carlos!

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